La venganza de Judas

ÉCFRASIS DEL MURAL DEL GÜERO CARTERO

Juan Antonio Casas Magallanes es originario de la comunidad de San Juan de los Lirios en este municipio de Tlaltenango.
Agricultor en esa comunidad, y al trasladarse su familia a la cabecera municipal fue empleado de la famosa tienda “Casa Flores”, siendo gerente de la sucursal en Tepechitlán, debido a su empeño en el aprendizaje fue también maestro en el colegio Cultura y Restauración. Hasta que un día por invitación muy personal se convirtió en el cartero del pueblo siendo por muchos años el único en entregar las tan anheladas misivas, queda registro de su responsabilidad y constancia pues no faltó a esa responsabilidad en ningún momento durante más 33 años.
Pero pese a su cariño por el trabajo y el amor a su familia también se apasionaba en cosas sociales, sobre todo si eran de tipo religioso o de preservación de tradiciones y también por muchos años realizó la quema de Judas con la lectura de un testamento que involucraba personajes de los más conocidos en el municipio y en el estado y uno que otro político nacional.
Siempre apoyó proyectos de la comunidad religiosa como la construcción de la primaria del colegio, las remodelaciones y fiestas del templo de San Felipe, pero… sin duda su gran obra en este sentido fue la construcción del templo de la Santa Cruz para el cual trabajó desde la selección y compra del terreno hasta la culminación de la obra y aún después, hasta la muerte del propio Juan Antonio.
DEL MURAL
TITULO “LA VENGANZA DEL JUDAS”
Este mural lleva indicios contemporáneos de la figuración idealista y ramas del expresionismo moderno; pintado con técnica mixta de acrílico y grafiti en seco.
En este mural se representa a dos personajes y algunos elementos representativos de ellos en una especie de confrontación.
Uno de ellos (el Judas tan satanizado por el mundo, pero ridiculizado y satirizado por Don Juan Antonio cada año el domingo de resurrección) aparece de cabeza pretendiendo opacar la figura del otro inclusive rodeándole con su lengua por la frente queriendo poner en su pensamiento palabras diferentes a las que don Juan Antonio “El Güero Cartero” ha plasmado en el testamento tradicional, así como, el sin número de letras que a través de las cartas entregadas manejó en su vida. Estas aparecen de fondo escritas horizontal, vertical y diagonalmente, lo resaltado en amarillo contiene fragmentos de sus textos más importantes como el “testamento del gran Judas Iscariote” y las oraciones de: “No hay que temerle a la muerte, pero tampoco hay que buscarla” o “la infinita llama que seas Tu, amor”
Muestra dos espirales paralelas: la mano que simboliza lo que recibía para sus caridades y el cuerno que representa lo que daba lo que resalta un ciclo de recibir (muchas veces poco) y dar (inclusive de su propio bolsillo) para las obras del templo y algunas necesidades que veía en el pueblo.
En una especie de abrazo traicionero con su garra le pretende despojar de su silbato, principal instrumento de trabajo, y con todo esto el Judas en su estampa diabólica quiere como venganza, hacer del descanso eterno del Güero un infierno que ya inclusive, le ha puesto llamas en rededor.
Pero el Güero, sabedor de que todo eso que el diablo encarnado el Judas pretende destruir es su gran fortaleza para alcanzar la gloria en el más allá solo dibuja en su rostro esa sonrisa que siempre lo caracterizó y que significa en este mural el triunfo de la cordialidad y amabilidad como estilo de vida.
En resumen, el mural representa los valores de vida del Señor Juan Antonio Casas Magallanes: LA RESPONSABILIDA Y CONSTANCIA, LA CONSERVACION DE TRADICIONES Y LA DEVOCION RELIGIOSA, LA DISCIPLINA Y ENTREGA, PERO SOBRE TODO AL CORDIALIDAD Y AMABILIDAD.
Estos valores engendran la venganza de un personaje maligno…
LA VENGANZA DE JUDAS ISCARIOTE
Pero dan origen a la leyenda de un personaje diferente…
LA LEYENDA DEL “GÜERO CARTERO”.

5m x 2.1m

Detalles con Zoom